domingo, 28 de abril de 2013

Diario de un "bondaguero": Mi fetish

Viajando al pasado y haciendo un poco de memoria, estaba tratando de encontrar el punto exacto del como el calzado femenino llego a ser mi fetish.

Para mi, no hay nada mas hermoso que ver a las mujeres en bellas, sensuales y llamativas zapatillas. Realmente no conozco en específico los nombres de las diversos zapatos de dama; para mi, mientras tengan tacón, será zapatillas; abiertas o acerradas, con figuras o diseños llamativos, mientras ostenten un tacón alto, son zapatillas.

Volviendo al pasado, caí en la cuenta de que mi gusto por las zapatillas fue gracias a mi madre. ¡¿Que?! Así es, fue gracias a ella. Mi madre es una mujer de por debajo de la estatura promedio de la mujer mexicana, y para ayudarse, siempre y desde que yo recuerdo, a usado zapatillas de muy alto tacón. En su extensa colección, tienes de todos colores, formas, diseños y variedad. Creo yo que desde ahí nació mi fetish por el calzado femenino.

Cuando voy por la calle y cunado a lo lejos diviso unas hermosas zapatillas o simplemente oigo el taconeo, me detengo admirar el pasar de dichas zapatillas; con una actitud discreta y con todo respeto a las mujeres, observo en cámara lenta y a detalle el pasar de tan sensual espectáculo. ¿Estaré enfermo? ¿Acaso soy un depravado? Por favor, díganme que no... Sucede que a menudo voy en el trasporte, ya sea en una micro o pecera, trato de sentarme sobre el pasillo o lo mas cerca de la puerta. El piso de dichas unidades son de lamina y me es fácil distinguir cuando una dama sube con zapatillas. Oh cielos, como me derrite ese sonido para después verlos pasar. Pero como me duele, cuando se sientan no necesariamente detrás de mi o a mi altura, pues no puedo voltear a ver de una manera discreta tan bellas zapatillas.

Cunado sesiono bondage con mis amigas (muy bellas todas, sin excepción), le pido que siempre porten zapatillas; pues no hay nada placentero para mi, poder atar unas bellas piernas calzando zapatillas de alto tacón y poder rodear con la cuerda los muslos, piernas, tobillos e incluso las mismas zapatillas.

Yo soy dominante, pero debo confesar que mi lado sumiso sale a flote al estar frente a una hermosas zapatillas calzadas. Con mucho gusto me inclinaría a toda mujer que este involucrada en el BDSM y a amigas del Facebook que gusten de adoración de pies; pues yo complacido en poder, tocar, acariciar y besar sus hermosos pies.

¡HE DICHO!

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